PREPARÁNDONOS PARA NUESTRA CAMPAÑA MISIONERA 2009



SECRETARIADO DE MISIONES
“DIVINO MAESTRO”

“La educación integral de los jóvenes, prioridad para todos" (Benedicto XVI)
Madrid, febrero de 2009


Querid@s, alumno@s, hermanas, ,profesor@s ,cooperadore@s, padres y representantes :

Este año 2009, vamos a unir nuestro esfuerzo solidario por Miramar-Trujillo, antes llamado Alto Moche, Colegio que hemos ido levantando poco a poco y que hoy necesita de un último esfuerzo para poder acoger a los más pequeños.

Por esto, vamos a CONSTRUIR CUATRO CLASES PARA LOS NIÑOS DE EDUC. INFANTIL DE MIRAMAR QUE NO TIENEN POSIBILIDAD DE ELLA.

Ante esta necesidad, el Secretariado de Misiones lanza la CAMPAÑA MISIONERA 2009 con el lema:

CON TU AYUDA PODRÁN SONREIR


Queremos expresar que la educación es el gran medio para dar futuro a los niños de hoy, hombres de mañana y que, al igual que en nuestras Zonas actualmente, la Educación Infantil –llamada allí “Inicial”- es para todos los niños, que -lógicamente- pasan a la Primaria mejor preparados, los niños de Miramar necesitan iniciar su escolaridad en ese nivel y comenzar esa formación cristiana que les abrirá al camino de la felicidad al conocer y amar al Dios Amor que tanto les ama y a María , Madre de Jesús y de todos. Que en nuestra ayuda fraternal solidaria, experimenten el amor de los

El Secretariado de Misiones, que agradece nuevamente la Campaña anterior en la que os volcasteis todos con gran generosidad, trabajo, entusiasmo y espíritu misionero y confía en que en este año de crisis, seamos más conscientes, generosos y solidarios con los hermanos necesitados.

Recibid todo nuestro agradecimiento, Hna. Rogelia Martínez

EXPLICACIÓN-MOTIVACIÓN DEL PROYECTO.


Miramar, en Perú, es un Pueblo Joven que se encuentra situado a unos 25 km. de la ciudad de Trujillo, capital del Departamento de La Libertad, Está en la zona del desierto de la costa norte de Perú. Aquí llegamos las Misioneras del Divino Maestro hace unos veinte años cargadas de deseos de anunciar a Jesucristo. Un Pueblo Joven es un pueblo que se forma en cualquier lugar por la invasión de grupos de gentes que se asientan en el lugar, sin más medios ni servicios de ningún tipo. Este se formó con gentes venidas de Delicias, pueblo costero afectado por el terremoto del 1970 y también familias de la sierra que llegaron huyendo del horror que sembraba el terrorismo en los pueblos del interior. Hay igualmente grupos de gentes venidas de la selva. Todos ellos llegaron en busca de un futuro más humano que el presente que estaban viviendo. Este primer núcleo se fue expandiendo y hoy ha mejorado bastante su situación aunque, en gran parte, todavía no gozan de servicios mínimos de agua potable, luz, desagües, etc.

Los padres y madres de familia hacen lo imposible para que sus hijos no padezcan lo que les tocó sufrir a ellos. El trabajo es escaso, en muchos casos temporal y escasamente retribuido. Con poco más del valor de 2,5 euros, que es lo que reciben por trabajar a destajo, de sol a sol (desde las 4:00 a las 18:30), como peones en el campo, han de hacer frente a las necesidades del hogar, con una media de 7 hijos. Es la mayoría de las mamás la que hace posible que cada día se pueda comer algo, y que tengan lo imprescindible. Los niños y adolescentes pasan el día solos y sufren las consecuencias de esta soledad (los que no están escolarizados, pasan el día en la calle expuestos a todos los vicios y a los que tienen escuela, les cuesta mucho hacer los deberes en vez de irse a la calle) y del cansancio que padecen sus padres al regresar a casa. Muchos hogares están desestructurados, y no son ajenos a todas las lacras sociales que hoy amenazan la humanidad del planeta.

La mayoría de los padres se preocupan de que los hijos vayan a la escuela, pero aún hay que de animar a muchos para que lleven a sus hijos -y más a las hijas- a la escuela, sobre todo entre los recién llegados de la sierra. En cuanto pueden trabajar los ponen a ello. Muchos niños compaginan su horario escolar con el trabajo en los mercados, en los transportes, como cobradores, lavando coches en la ciudad, repartiendo pan, vendiendo lo que su mamá prepara,…

El Colegio Jesús Maestro lo hemos ido construyendo poco a poco las Misioneras del Divino Maestro, estando a falta de las clases para niños de 4 y 5 años. Acoge a más de mil alumnos, niños, jóvenes y adultos, utilizando sus repletas aulas en dos turnos; por la mañana los de 5 años (que han de estar en aulas no adecuadas a ellos) y la Primaria y a la tarde Secundaria y la Formación Profesional. De cada grado hay dos secciones.

El Gobierno declara la Ed. Infantil gratuita pero no la financia. Nuestro Centro necesita construir cuatro aulas para que los niños comiencen su preparación para la escolaridad primaria, al tiempo que las mamás puedan irse tranquilas a buscar trabajo, ya que se les atenderá también en el comedor escolar.

En el lugar hay escuelas de niños de 3 años, pero faltan para 4 y 5 años, que es lo que queremos proporcionar, pues hay mucha demanda y especialmente lo piden los padres.

De este modo, el Colegio estará terminado y los alumnos ubicados en los lugares apropiados para cada nivel, que hoy, por dar cabida a los de 5 años, están los mayores sacrificados, dando clase, igualmente, en otros espacios.

¡Sí! ¡Cristo resucitó!



¡Sí! ¡Cristo resucitó!

Cristo resucitado es la luz indeficiente, Símbolo elocuente es el cirio pascual, la mayor de las luces en la celebración de la vigilia.
Aleluya! ¡Aleluya! Hoy es el gran aleluya. Es el grito de triunfo, es el canto de victoria
El que siendo Dios inmortal se hizo hombre mortal, el que nació para poder morir, murió como lo había anunciado y resucitó como lo había profetizado

Aleluya! ¡Aleluya! Hoy es el gran aleluya. Es el grito de triunfo, es el canto de victoria. De todos los pechos salta, sin poderlo contener, el gozo hecho voz, la alegría hecha canto.
El que siendo Dios inmortal se hizo hombre mortal, el que nació para poder morir, murió como lo había anunciado y resucitó como lo había profetizado.
El sepulcro está vacío, la piedra, enorme como el miedo de los judíos, está por allá rodada con todo y el sello del gobernador romano, el cobarde Poncio Pilato.
Después de un sábado de horas largas y silenciosas, como de velorio; después de una noche negra de recuerdos y ecos dolorosos, Llegó un amanecer mayor que todos los amaneceres: el amanecer de la resurrección de Cristo.
Un gran día, ese primer día de la semana, fue el día de días porque de las entrañas de la tierra surgió el sol para alumbrar a todos los hombres, y salió para nunca jamás volver a ocultarse.

Cristo es la luz

Cristo resucitado es la luz indeficiente, Símbolo elocuente es el cirio pascual, la mayor de las luces en la celebración de la vigilia a la media noche del sábado. Con la bendición del “fuego nuevo” y la procesión con el cirio pascual da inicio la liturgia, cumbre de la celebración cuaresmal iniciada el Miércoles de Ceniza, con el cual el pueblo peregrino se prepara y purifica para gozar en la Pascua.
“El Verbo es la luz verdadera, que con su venida al mundo alumbra a todo hombre” ( Juan 1, 9).
Y el mismo Señor así se presenta: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no conoce tinieblas” (Juan 8, 12).
El mundo y la vida son oscuros sin cristo. La oscuridad del sepulcro se rompió y surgió la luz.
¿De dónde viene el hombre?, ¿por qué la existencia?, ¿por qué este mundo?, ¿por qué el sufrimiento?, ¿por qué la muerte?, ¿por qué tanta maldad?
Nada se comprende sin la luz de Cristo; sin su luz todo es absurdo, es angustia. Cristo le da sentido a todo; con su luz se hace claro el sentido de la vida, del sufrimiento, de la muerte.

El domingo, día del Señor

Sucedió el primer día de la semana. Primero fueron las piadosas mujeres y encontraron el sepulcro vacío. Luego, con la noticia, Pedro y Juan fueron corriendo. Juan llegó primero y le cedió a Pedro el paso para que entrara y viera. Allí sólo estaban las sábanas con que envolvieron el cuerpo del Señor y el sudario con que le cubrieron el rostro.
Dichoso día, memorable día.
Los judíos eran observantes del sábado. Era sagrado ese día y hasta con rigor; con exceso guardaban el séptimo día fieles a la ley. Si Dios hizo cuanto existe, lo visible y lo invisible, en seis días --días de Dios-- y el séptimo descansó, así el pueblo escogido le destinaba el séptimo día a Dios.
Mas llegó la plenitud de los tiempos, y porque Cristo resucitó el domingo, éste el primer día de la semana es “dies Domini”, día del Señor.
El pueblo de la Nueva Alianza hace fiesta cada domingo, los cincuenta y dos del año, con el canto y el rezo del oficio de Lectura, Laudes, Horas menores y las Vísperas, como, especialmente, con la Misa dominical.
Se congrega el pueblo cristiano, medita en la palabra de Dios, ofrece el sacrificio y participa en el sacramento de la Eucaristía y luego el descanso, las horas de compartir en familia.

Gozo en el Señor

La resurrección de Cristo trae inmensa alegría al creyente, porque es la clave del cristianismo. Cristo resucitó y vive, es el fundamento de la fe del cristiano.
San Pablo les escribió a los filipenses: “Alégrense con el Señor. Les repito, alégrense. El Señor está cerca” (Fil 4,4).
Mas no sólo se piense en cercanía: el Señor está presente, está aquí y ahora. Sigue viviendo y actuando en su Reino, en la Iglesia. Su presencia es de todos los días; su acción en la palabra y en los sacramentos es de todas las horas.
“Y porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, colma de bienes divinos a la Iglesia, que es su cuerpo y su plenitud, para que ella anhele y consiga toda la plenitud de Dios”.
La presencia de Cristo es una bella y consoladora realidad; en las pruebas, en las luchas, en las dificultades, el hombre de fe siente la fuerza y la luz para caminar y seguir.
“La Iglesia va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, anunciando la cruz y la muerte del Señor hasta que Él venga”.

La resurrección de Cristo,
esperanza del cristiano

La resurrección de Cristo trae absoluta esperanza a todos los marcados con el signo de la muerte, a todos los agobiados ante la certeza de que han de morir, porque Él murió y resucitó, Él pasó por la muerte para llegar a la vida, para que todos los que lleguen a la muerte, por Él lleguen a la vida.
Cualquiera de los cristianos de distintas edades y condiciones, razas y culturas, si se le pregunta ¿para qué eres cristiano?, responderá: “Porque sé que voy a morir y quiero, después de esta vida, la vida después de la muerte, ya no en el tiempo, sino en la eternidad; y por Cristo, vencedor de la muerte, tendré vida”.
San Pablo le escribe a su discípulo Timoteo y le dice: “Acuérdate de Jesucristo, el Señor Resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Si morimos con Él, viviremos con Él” (II Timoteo 2, 8).
Alienta, estimula, consuela en la vida la esperanza puesta en Cristo, vencedor de la muerte, en alcanzar la vida por Él.

La cristiana esperanza

Tú dijiste que la muerte
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos
carne de un ciego destino.

Porque es corta la jornada,
nuestro destino es vivir
siendo felices contigo
sin padecer ni morir.

Cuando Tú resucitaste,
todos vencimos contigo.
Nos regalaste la vida
como en Betania al amigo.

Si a tu lado caminamos,
no va a faltarnos tu amor,
porque muriendo vivimos
vida más clara y mejor.

C. Gabaraín

“Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
de tu victoria santa”.

Pbro. José R. Ramírez

A VECES...SÓLO NECESITAS UN ABRAZO PARA SER MÁS TOLERANTE

Busca más tarjetas como ésta en www.VivaPostal.com ¡Gratis!