GRACIAS MÉXICO POR TUS VISITAS...


Una oración para nuestros visitantes mexicanos...Dios fortalezca la bella herencia de fe con la que han inpregnado nuestra Améria Latina...Y ¡Que viva México!

A nuestro Nazareno de San Pablo



Cuando llegan estas fechas, el piadoso pueblo venezolano se apresta para ir a rezar al “Nazareno” cuya bella imagen se venera en la Iglesia de S. Pablo de Caracas.
Es una antigua tradición religiosa, muy arraigada en nuestra tierra. Mayores, jóvenes y niños se hacen presentes para ver al Nazareno, y expresarle su amor, sus necesidades, a la vez que quieren unirse a sus sentimientos de dolor y sufrimiento.

Hoy, Jesús, sigue sufriendo y padeciendo en tantos hombres y mujeres que padecen la pobreza, la injusticia, la exclusión… Que esta devoción tan arraigada, especialmente manifestada en los días de Semana Santa que se aproximan, sea motivo de esperanza y consuelo para tantos venezolanos que acuden a venerar su imagen y a suplicar su intercesión.

La siguiente poesía, expresa el dolor de un pueblo que se duele del dolor de quien dio la vida por nosotros.


La “pedrada” (José Mª Gabriel y Galán)


Cuando pasa el Nazareno
de la túnica morada,
con la frente ensangrentada,
la mirada del Dios bueno
y la soga al cuello echada,

el pecado me tortura,
las entrañas se me anegan
en torrentes de amargura,
y las lágrimas me ciegan,
y me hiere la ternura...

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Yo he nacido en esos llanos
de la estepa castellana,
donde había unos cristianos
que vivían como hermanos
en república cristiana.

Me enseñaron a rezar,
enseñáronme a sentir
y me enseñaron a amar;
y como amar es sufrir,
también aprendí a llorar.

Cuando esta fecha caía
sobre los pobres lugares,
la vida se entristecía,
cerrábanse los hogares
y el pobre templo se abría.

Y detrás del Nazareno
de la frente coronada,
por aquel de espigas lleno
campo dulce, campo ameno
de la aldea sosegada,

los clamores escuchando
de dolientes Misereres,
iban los hombres rezando,
sollozando las mujeres
y los niños observando...

¡Oh, qué dulce, qué sereno
caminaba el Nazareno
por el campo solitario,
de verdura menos lleno
que de abrojos el Calvario!

¡Cuán suave, cuán paciente
caminaba y cuán doliente
con la cruz al hombro echada,
el dolor sobre la frente
y el amor en la mirada!

Y los hombres, abstraídos,
en hileras extendidos,
iban todos encapados,
con hachones encendidos
y semblantes apagados.

Y enlutadas, apiñadas,
doloridas, angustiadas,
enjugando en las mantillas
las pupilas empañadas
y las húmedas mejillas,

viejecitas y doncellas,
de la imagen por las huellas
santo llanto iban vertiendo...
¡Como aquellas, como aquellas
que a Jesús iban siguiendo!

Y los niños, admirados,
silenciosos, apenados,
presintiendo vagamente
dramas hondos no alcanzados
por el vuelo de la mente,

caminábamos sombríos
junto al dulce Nazareno,
maldiciendo a los Judíos,
«que eran Judas y unos tíos
que mataron al Dios bueno».


II

¡Cuántas veces he llorado
recordando la grandeza
de aquel hecho inusitado
que una sublime nobleza
inspiróle a un pecho honrado!

La procesión se movía
con honda calma doliente,
¡Qué triste el sol se ponía!
¡Cómo lloraba la gente!
¡Cómo Jesús se afligía...!

¡Qué voces tan plañideras
el Miserere cantaban!
¡Qué luces, que no alumbraban,
tras las verdes vidrieras
de los faroles brillaban!

Y aquél sayón inhumano
que al dulce Jesús seguía
con el látigo en la mano,
¡qué feroz cara tenía!
¡qué corazón tan villano!

¡La escena a un tigre ablandara!
Iba a caer el Cordero,
y aquel negro monstruo fiero
iba a cruzarle la cara
con un látigo de acero...

Mas un travieso aldeano,
una precoz criatura
de corazón noble y sano
y alma tan grande y tan pura
como el cielo castellano,

rapazuelo generoso
que al mirarla, silencioso,
sintió la trágica escena,
que le dejó el alma llena
de hondo rencor doloroso,

se sublimó de repente,
se separó de la gente,
cogió un guijarro redondo,
miróle al sayón la frente
con ojos de odio muy hondo,

paróse ante la escultura,
apretó la dentadura,
aseguróse en los pies,
midió con tino la altura,
tendió el brazo de través,

zumbó el proyectil terrible,
sonó un golpe indefinible,
y del infame sayón
cayó botando la horrible
cabezota de cartón.

Los fieles, alborotados
por el terrible suceso,
cercaron al niño airados,
preguntándole admirados:
-¿Por qué, por qué has hecho eso?...

Y él contestaba, agresivo,
con voz de aquellas que llegan
de un alma justa a lo vivo:
-«¡Porque sí; porque le pegan
sin haber ningún motivo!»


III

Hoy, que con los hombres voy,
viendo a Jesús padecer,
interrogándome estoy:
¿Somos los hombres de hoy
aquellos niños de ayer?

CODIMA FORMÁNDOSE DESDE LA GRAN MISIÓN CONTINENTAL...

LA MAYOR ESTIMA ES SABERNOS HIJOS AMADOS DE DIOS, HECHOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA...OBSERVA EL VIDEO Y MIRA COMO LA FE HACE MILAGROS...

Una bella biografía...parte I...ya te pondremos las que falten

Historias de una mística de seis años, contadas por su hermana



Antonietta Meo, conocida como Nennolina, podría ser beatificada
ROMA, lunes 23 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- En pleno centro de Roma, muy cerca de la basílica de San Juan de Letrán se encuentra la casa donde nació y vivió Antonietta Meo, más conocida como Nennolina. Allí vive Margherita, su hermana mayor quien tiene ahora 87 años.
Nennolina fue reconocida como venerable por el Papa Benedicto XVI en diciembre de 2007 y la presentó como modelo de inspiración para los niños (Cf. ZENIT, 20 de diciembre de 2007). Podría ser la beata no mártir más joven de la historia de la Iglesia. Nació en 1930 y murió en 1937, a los seis años y medio, luego de que le fue detectado un osteosarcoma (cáncer óseo) en la rodilla, que una vez le fue amputada la pierna, ya había hecho metástasis en todo el cuerpo.
Antonietta, niña muy alegre y profundamente espiritual, ofreció sus dolores, como Jesús en el Calvario, por la conversión de los pecadores, por las almas del purgatorio y por que no estallara la guerra.
Fueron muchas las cartas que le escribió a Jesús. Antes de aprender a escribir se las dictaba a María, su mamá; luego las redactaba de su puño y letra. Las últimas las firmaba "Antonietta y Jesús". Detrás de las frases sencillas hay un sorprendente contenido místico y teológico.
"Jesús, dame la gracia de morir antes de cometer un pecado mortal", decía la pequeña en una de sus cartas.
En la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, la que fue su parroquia, se encuentra su tumba, así como algunas de sus reliquias: sus vestidos, sus juguetes y algunos manuscritos. Allí, Antonietta recibió los sacramentos del bautismo, la confirmación y la primera comunión.
ZENIT ha conversado con Margherita Meo, la hermana de la Nennolina. Tenía 15 años, cuando ella murió. Su casa está llena de las fotos y retratos de la hermanita venerable. Esta anciana conserva intactas las historias de su hermana, a quien siempre quiso con particular afecto.
Una infancia llena de amor
La infancia de Antonietta fue tranquila y muy feliz. Tenía las ocurrencias típicas de los niños de su edad. En el diario que escribió su mamá, publicado por la asociación Apostolicam Actuositatem, cuenta cómo Nennolina, l pasar junto al Coliseo Romano y le dijo "¡mira! ¡una taza rota!".
Por su profunda fe y por la fe de sus padres, la pequeña Antonietta fue inscrita a los 4 años en la sección pequeñitas de la Acción Católica.
En octubre de 1934 comenzó a ir a la escuela materna de las hermanas Celadoras del Sagrado Corazón. Le gustaba mucho ir a la escuela. Decía que al obedecer a sus profesoras obedecía también al plan de Dios.
Las aventuras con sus compañeros eran divertidas, y al mismo tiempo hablan de su espíritu. "Había un niño que se llamaba Michelino. Siempre lo castigaban y ella le pidió a la maestra que lo perdonara. 'Ve a ver a la directora', le dijo un día la maestra. Y ella fue. La directora se conmovió y lo perdonó", recuerda Margherita.
Sufrimiento con sentido
A causa del osteosarcoma, a Nennolina tuvieron que amputarle la pierna izquierda el 25 de abril de 1936. Recuerda Margherita que sus padres sufrieron al pensar cómo sería el dolor de la pequeña. Al despertar Antonietta de la operación, su madre le dijo: "Hija: Tú dijiste que, si Jesús quería tu mano, tú se la darías. Ahora te ha pedido que le des tu pierna" y ella respondió: "le he dado mi pierna a Jesús".
"La primera noche tras la amputación fue terrible", testimonia Margherita. "Pero todos sus dolores los ofrecía. Hasta el punto de que, cuando se cumplió un año de esta operación, ella lo celebró muy contenta, porque era un año de ofrecimientos a Jesús".
Meses después comenzó a ir a la escuela con una prótesis de madera. En la noche de la Navidad siguiente hizo la primera comunión. "Se arrodilló para recibir la primera comunión y en la segunda y tercera misa de Navidad incluso se arrodilló", cuenta Margherita.
A la pequeña le dolía mucho caminar, pero con alegría repetía: "Que cada paso que doy sea una palabra de amor". "Los medicamentos provocaban mucho dolor y ella se ponía pálida, temblaba", testimonia Margherita.
El 22 de mayo de 1937 Antonieta tuvo que interrumpir la escuela, debido a que el tumor le había hecho metástasis. Entró en el hospital de San Stefano Rotondo, donde al poco tiempo recibió el sacramento de la Unción de los enfermos. Allí comenzó su agonía durante un mes y medio.
Cuenta su madre, en el diario, que muchos iban a visitar a la pequeña y que una de las religiosas enfermeras que la cuidaba le preguntó: "Antonieta, ¿cómo has podido soportar en silencio? Si me lo hubieran hecho a mí, los gritos se hubieran escuchado en San Juan de Letrán".
En su última carta antes de morir, Nennolina le escribía a Jesús diciendo: "Yo te doy las gracias porque tú me has mandado esta enfermedad, pues es un medio para llegar al paraíso" (...) te encomiendo a mis padres y a Margherita".
Qué es la santidad
Recuerda Margherita que la muerte de Antonieta conmovió profundamente a todos los que la conocían: "Sus funerales fueron en la parroquia. El párroco no quería el color negro, porque decía que ella era un ángel. Prefirieron para la liturgia el blanco".
La hermana de Antonietta asegura que esta pequeña mística aún continúa convirtiendo muchos corazones. Dice que una tarde un sacerdote amigo suyo le comentó que hace algún tiempo encontró a un feligrés que se había divorciado de su esposa y vivía ahora con otra mujer.
"El sacerdote tenía en su mano un libro de Antonietta y le aconsejó al señor, que había sido un oficial del ejército, que lo leyera. El señor le respondió escandalizado que él, un alto oficial del ejército, no podía leer la historia de una niña. Al final, por la insistencia del sacerdote, aceptó y tomó el libro. La mañana siguiente el señor oficial se fue a ver al párroco, había leído el libro toda la noche y regresó arrepentido a casa de su familia".
La anciana asegura que la vida sencilla y rica de Antonietta es un ejemplo de santidad en las cosas pequeñas: "para mí ser santa es aceptar día tras día lo que Dios quiere y querer a todos los demás, también a las personas que parece que no te aman. Con el amor se pueden superar todos los obstáculos", confiesa.
Por Carmen Elena Villa

A NUESTROS AMIGOS VISITANTES DE ESPAÑA...GRACIAS POR FORMAR YA PARTE DE NUESTRO BLOG


Por ser una de las comunidades más numerosas en visitarnos, queríamos manifestarles nuestra gratitud. Esperamos poder contar con su apoyo en la oración y sobre todo, con la difusión del pensamiento de nuestro Fundador, Francisco Blanco Nájera...porque hoy y siempre "Educar es enseñar a vivir"...
ASÍ QUE PARA USTEDES...UN SÚPER CORDIAL SALUDO VENEZOLANO!

El Papa dice adiós a Camerún con un llamamiento a eliminar el hambre


Espera que el Sínodo de África sea un "momento de renovación"

YAUNDÉ, viernes 20 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI lanzó un llamamiento a eliminar el hambre al despedirse este viernes de Camerún, primera de las dos etapas de su viaje a África.

Antes de embarcarse en el avión que le llevaría a Angola, el pontífice dejó esta consigna a los habitantes de este país, al que le gusta llamar "África en miniatura": "Trabajad por eliminar la injusticia, la pobreza y el hambre allá donde las encontréis".

"Que Dios bendiga a este hermoso país", dijo, "tierra de promesas, una tierra de una belleza resplandeciente".

Tras las palabras de adiós pronunciadas por el presidente Paul Biya, el Papa repasó en su discurso los momentos que más le han emocionado desde que había llegado a Yaundé, el martes pasado.

El Santo Padre recordó que ha venido para promulgar el "Instrumentum laboris" (documento de trabajo) del Sínodo de los Obispos de África, que se celebrará en Roma en octubre.

En su despedida, pidió a los creyentes africanos que recen para que la asamblea episcopal "sea un momento de gracia para la Iglesia a través de todo el continente, un momento de renovación y de nueva entrega a la misión de llevar el mensaje regenerador del Evangelio a un mundo lacerado".

El Papa confesó que se llevará dos recuerdos particulares a Roma.

En primer lugar, el "culto gozoso y vivo" que han manifestado los católicos cameruneses durante las liturgias de estos días, que tuvieron su momento culminante en la celebración eucarística del jueves, en el estadio Amadou Ahidjo.

En segundo recuerdo está constituido por el encuentro "conmovedor" que mantuvo en la tarde de ese mismo día en el Centro Cardenal Paul Emile Léger con enfermos y discapacitados.

Por último, el Papa consideró que su visita también ha servido para promover el diálogo con el Islam, en este país en el que los seguidores de esta religión constituyen el 20 por ciento de sus más de 18 millones de habitantes.

Recordando el encuentro que mantuvo con los representantes de la comunidad musulmana el jueves, el obispo de Roma manifestó su confianza en que "crezcamos en el respeto y estima recíprocos, y afiancemos nuestra decisión de colaborar para proclamar la dignidad que Dios ha dado a la persona humana, un mensaje que nuestro mundo fuertemente secularizado tiene necesidad de oír".

La visita del Papa a África, que tiene por segunda etapa Angola, concluirá este lunes.

QUIERO SER TU TESTIGO...

EN ESTA CUARESMA...MÓJATE

A todos los que nos visitan queremos construirles un inmenso


Nos gusta sentirnos hermanos ...miembros de una GRAN FAMILIA en dónde todos somos BIENVENIDOS...esperamos que nos apoyen con sus oraciones...Les invitamos a leer sobre nuestro Padre Fundador: Francisco Blanco Nájera...Busca el artículo
"Sabías qué...?
y verás que tienes en el cielo a un gran intercesor...Hasta pronto y nuevamente
¡GRACIAS!!!!!!!!!!!

TERCERA SEMANA DE CUARESMA ...CAMINO A LA PASCUA CON SAN PABLO


Día 16 de marzo
SEMANA 3ª
No se mientan unos a otros. Despójense del hombre viejo con sus obras y vístanse del hombre nuevo.

(San Pablo)

Motivación:
Buscar la verdad parece algo muy difícil que además con complica mucho la vida. En cambio decir una mentira parece muy fácil y nos evita muchos castigos. Vamos a descubrir esta semana que buscar la verdad merece la pena y que nos ayuda a ser más felices.

Saulo de Tarso, como se llama Pablo era hijo de judíos fariseos de cultura helenística y con ciudadanía romana. Fue contemporáneo de Jesucristo e incluso estuvo en Jerusalén en la misma época que él, aunque probablemente no se conocieron.

Pablo tenía una sólida formación teológica, filosófica, jurídica, mercantil y lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo). Participó en las primeras persecuciones contra los cristianos. Pero durante un viaje a Damasco, poco después de la crucifixión de Jesucristo, se convirtió a la nueva fe, que por entonces era considerada una secta herética del judaísmo (según su propio relato, fue el mismo Jesús el que se le apareció).

Desde entonces San Pablo se convirtió en el más ardiente propagandista del cristianismo, que contribuyó a extender más allá del pueblo judío, entre los gentiles: viajó como misionero por Grecia, Asia Menor, Siria y Palestina; y escribió misivas (las encíclicas) a diversos pueblos del entorno mediterráneo.
Para San Pablo la verdad era Cristo y su vida solo tenía sentido si se parecía cada vez más a Él.

Esta semana pedimos por la paz en Oceanía, el continente más pequeño del planeta.

Lectura del Evangelio según san Juan:
Como ya se acercaba la fiesta de la Pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de novillos, ovejas y palomas, y a los que estaban sentados en los puestos donde se le cambiaba el dinero a la gente. Al verlo, Jesús tomó unas cuerdas, se hizo un látigo y los echó a todos del templo, junto con sus ovejas y sus novillos. A los que cambiaban dinero les arrojó las monedas al suelo y les volcó las mesas. A los vendedores de palomas les dijo: — ¡Saquen esto de aquí! ¡No hagan un mercado de la casa de mi Padre!

Reflexión:
Gesto: atrévete a decir la verdad en tu casa y en la escuela.
Escribimos el compromiso personal en nuestros boletos de viaje. Luego se escoge un compromiso para vivirlo como grado y un niño/a lo escribirá en el vagón de la semana.

Oración:
Gracias, Señor, porque a lo largo de la vida has ido poniendo en nuestro camino a muchas personas, que con su testimonio nos han ayudado a buscar la verdad.
Gracias por haber puesto en nuestra mente y en nuestro corazón el deseo de buscar la verdad. Gracias porque buscar la verdad nos hace más libres.

CODIMA CAMINO A LA PASCUA...UN TREN A TODA MARCHA, CARGADO DE VALORES...

I REENCUENTRO DE EX-ALUMNAS DE LA PROMOCIÓN 1984-1985 (Caracas, 7/3/2009

CODIMA...CAMINO A LA PASCUA...


SEMANA 2ª DE CUARESMA...
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
(Madre Teresa de Calcuta)

Motivación: “Dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y vi que el servicio era alegría”. Servir a los demás es un gran motivo de alegría. Atrévete a descubrirlo.

Hoy más que nunca que el mundo está empobrecido y necesita de nuestro sacrificio y ayuda solidaria. En esta semana tendremos pendiente al África. Promesas incumplidas del siglo XX han dejado a este continente lejos de la industrialización y la modernización Con una población aproximada de 900 millones de personas, más de 300 millones viven en la pobreza absoluta.
Además de ser la región más pobre del mundo, sufre las consecuencias de tener los índices más altos de contagio de SIDA. Más de 40 millones de personas viven con esta enfermedad, y la problemática se profundiza ya que el número de mujeres contagiadas está aumentando precipitadamente.

África el continente sin futuro, en la actualidad está siendo azotada también por un importante incremento de la desnutrición de sus niños. Más de 30 millones de pequeños hasta 5 años no acceden a la alimentación básica.
Nuestro maquinista de esta semana es Madre Teresa de Calcuta.
"He nacido en Albania. Ahora soy una ciudadana de la India. También soy una monja católica. En mi trabajo pertenezco a todo el mundo. Pero en mi corazón sólo pertenezco a Cristo"

La madre Teresa de Calcuta nació en 1910 en Skopje, actual Macedonia. Nació en el seno de una familia católica albanesa. La profunda religiosidad de su madre despertó en ella su vocación de misionera a los doce años.
Siendo todavía una niña ingresó en la Congregación Mariana de las Hijas de María, donde inició su actividad misionera.

A los dieciocho años viajó hasta Dublín para entrar en la Congregación de Nuestra Señora de Loreto. Como quería ser misionera en la India embarcó hacia Bengala, donde hizo los estudios de Magisterio, y eligió el nombre de Teresa para profesar como religiosa. Ejerció como maestra en la St. Mary’s High School de Calcuta hasta 1948, año en el que obtuvo la autorización de Roma para dedicarse a los más pobres.
En 1950 la madre Teresa de Calcuta fundó la Congregación de las Misioneras de la Caridad. Añadían a los votos el voto de dedicarse a “los más pobres entre los pobres”.

En 1979 le dieron el Premio Nobel de la Paz “en nombre de los hambrientos, los desposeídos, de los no queridos y de los que se sienten abandonados”.
Falleció el año 1997, a los 87 años, murió la religiosa que siempre estaba dispuesta a regalar una sonrisa gozosa a los niños, a los pobres, a los que sufren, a los que se encuentran solos.”.

Lectura del Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, Jesús se fue a un cerro alto llevándose solamente a Pedro, a Santiago y a Juan. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Su ropa se volvió brillante y más blanca de lo que nadie podría dejarla por mucho que la lavara. Y vieron a Elías y a Moisés, que estaban conversando con Jesús. Pedro le dijo a Jesús:

—Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Es que los discípulos estaban asustados, y Pedro no sabía qué decir. En esto, apareció una nube y se posó sobre ellos. Y de la nube salió una voz, que dijo: “Este es mi Hijo amado: escúchenlo.” Al momento, cuando miraron alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.
Mientras bajaban del cerro, Jesús les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado. Por esto guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de resucitar. Palabra del Señor.

Reflexión:
La Madre Teresa de Calcuta escuchó a Jesús y de ese encuentro quedó transformada por su amor.
Gesto: Hoy, al ir por la calle, si me encuentro con algún pobre, le miraré con cariño, como le miraría Teresa de Calcuta. Así iré mostrando el amor de Jesús a ellos.
Escribimos el compromiso personal en nuestros boletos de viaje. Luego se escoge un compromiso para vivirlo como grado y un niño/a lo escribirá en el vagón de la semana.

Oración:
ORACION PARA APRENDER A AMAR
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
(Madre Teresa de Calcuta)


CODIMA EN MARCHA CON LA MISIÓN CONTINENTAL EVANGELIZADORA...¡ABRE TU CORAZÓN A JESUCRISTO!


MISIÓN EVANGELIZADORA EN Caracas, 12 de marzo de 2009

La Mision es parte constitutiva de la identidad de la Iglesia.

Todos los bautizados debemos "recomenzar desde Cristo" (DA549).

La Misión Evangelizadora en Venezuela quiere promover el encuentro con la persona y el mensaje de Jesucristo, para fortalecer las raices de fe de nuestro pueblo y despertar su responsabilidad misionera.

Objetivos
Objetivo General


Invitar a todos los miembros del Pueblo de Dios a un encuentro vivo con Jesucristo para impulsar la comunión con Dios y fraterna, el compromiso misionero y la solidaridad social especialmente con los mas necesitados.

Objetivos Especificos

- Proclamar con claridad y valentía a Jesucristo, manifestación visible salvadora de Dios Amor (Trinidad), como plenitud de realización humana y como respuesta a los problemas que afligen a los hombres y mujeres de hoy (Cf. ECV 92a; PPEV 2.1; JBNJ 40).

- Fomentar una formación kerigmática, integral y permanente de todos los miembros del Pueblo de Dios que impulse una espiritualidad de la acción misionera (Cf. PPEV 168-169; CVI 84; CAT Desafío 3; IF 69.71. 73; OPD Desafío 4; CMF 146; LCV 116-125; ICM Desafío 2; PMC 96-100; ISMR 107).

- Promover una profunda conversión personal y pastoral para que todos podamos recomenzar desde Cristo una vida nueva, inserta en la comunidad eclesial (Cf. PPEV 3.2.1.1; CVI Desafío 1; CIGNS Desafío 1; DA ).

- Lograr que las comunidades, organizaciones y asociaciones y movimientos se pongan en estado de misión permanente, a fin de llegar hasta los alejados e indiferentes (Cf. PPEV 138-149; ICM Desafíos 3 y 4; CVI 86; VCV 116; LCV Desafío 5; JBNJ Desafío 1; OPD 128; IE Desafío 2; ISMR desafío 3.)

- Promover la contribución de todos para la construcción de una nueva sociedad desde una opción preferencial por los más pobres.

Oración para la Misión Continental propuesta por el CELAM

Discípilos y misioneros tuyos,
queremos remar mar adentro,
para que nuestros pueblos
tengan en Ti vida abudante,
y con solidaridad construyan
la fraternidad y la paz.

Señor Jesús, !Ven y envíanos!

María, Madre de la Iglesia,
ruega por nosotros.


Plegaria de la Misión Continental


Quédate con nosotros, Señor,
acompáñanos, aunque no siempre
hayamos sabido reconocerte.

Tú eres la Luz en nuestros corazones,
y nos das tu ardor con la certeza de la Pascua.
Tú nos confortas en la fracción del pan,
para anunciar a nuestros hermanos
que en verdad Tú has resucitado
y nos has dado la misión de ser testigos
de tu victoria.

Quédate con nosotros, Señor,
Tú eres la Verdad misma,
eres el revelador del Padre,
ilumina Tú nuestras mentes con tu Palabra;
ayúdanos a sentir la belleza
de creer en ti.

Tú que eres la Vida,
quédate en nuestros hogares
para que caminen unidos,
y en ellos nazca la vida humana generosamente;
quédate, Jesús, con nuestros niños
y convoca a nuestros jóvenes
para construir contigo el mundo nuevo.

Quédate, Señor, con aquellos
a quienes en nuestras sociedades
se les niega justicia y libertad;
quédate con los pobres y humildes,
con los ancianos y enfermos.

Fortalece nuestra fe de discípulos
siempre atentos a tu voz de Buen Pastor.
Envíanos como tus alegres misioneros,
para que nuestros pueblos,
en ti adoren al Padre, por el Espíritu Santo.

A María, tu Madre y nuestra Madre,
Señora de Guadalupe, Mujer vestida de Sol,
confiamos el Pueblo de Dios peregrino
en este inicio del tercer milenio cristiano.
Amén.

(Tomado del magisterio de Benedicto XVI en Aparecida)

Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma 2009



¡Queridos hermanos y hermanas!

Al comenzar la Cuaresma, un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual más intenso, la Liturgia nos vuelve a proponer tres prácticas penitenciales a las que la tradición bíblica cristiana confiere un gran valor —la oración, el ayuno y la limosna— para disponernos a celebrar mejor la Pascua y, de este modo, hacer experiencia del poder de Dios que, como escucharemos en la Vigilia pascual, “ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos” (Pregón pascual). En mi acostumbrado Mensaje cuaresmal, este año deseo detenerme a reflexionar especialmente sobre el valor y el sentido del ayuno. En efecto, la Cuaresma nos recuerda los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública. Leemos en el Evangelio: “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre” (Mt 4,1-2). Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley (cfr. Ex 34, 8), o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb (cfr. 1R 19,8), Jesús orando y ayunando se preparó a su misión, cuyo inicio fue un duro enfrentamiento con el tentador.

Podemos preguntarnos qué valor y qué sentido tiene para nosotros, los cristianos, privarnos de algo que en sí mismo sería bueno y útil para nuestro sustento. Las Sagradas Escrituras y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. Por esto, en la historia de la salvación encontramos en más de una ocasión la invitación a ayunar. Ya en las primeras páginas de la Sagrada Escritura el Señor impone al hombre que se abstenga de consumir el fruto prohibido: “De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio” (Gn 2, 16-17). Comentando la orden divina, San Basilio observa que “el ayuno ya existía en el paraíso”, y “la primera orden en este sentido fue dada a Adán”. Por lo tanto, concluye: “El ‘no debes comer’ es, pues, la ley del ayuno y de la abstinencia” (cfr. Sermo de jejunio: PG 31, 163, 98). Puesto que el pecado y sus consecuencias nos oprimen a todos, el ayuno se nos ofrece como un medio para recuperar la amistad con el Señor. Es lo que hizo Esdras antes de su viaje de vuelta desde el exilio a la Tierra Prometida, invitando al pueblo reunido a ayunar “para humillarnos —dijo— delante de nuestro Dios” (8,21). El Todopoderoso escuchó su oración y aseguró su favor y su protección. Lo mismo hicieron los habitantes de Nínive que, sensibles al llamamiento de Jonás a que se arrepintieran, proclamaron, como testimonio de su sinceridad, un ayuno diciendo: “A ver si Dios se arrepiente y se compadece, se aplaca el ardor de su ira y no perecemos” (3,9). También en esa ocasión Dios vio sus obras y les perdonó.

En el Nuevo Testamento, Jesús indica la razón profunda del ayuno, estigmatizando la actitud de los fariseos, que observaban escrupulosamente las prescripciones que imponía la ley, pero su corazón estaba lejos de Dios. El verdadero ayuno, repite en otra ocasión el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial, que “ve en lo secreto y te recompensará” (Mt 6,18). Él mismo nos da ejemplo al responder a Satanás, al término de los 40 días pasados en el desierto, que “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4,4). El verdadero ayuno, por consiguiente, tiene como finalidad comer el “alimento verdadero”, que es hacer la voluntad del Padre (cfr. Jn 4,34). Si, por lo tanto, Adán desobedeció la orden del Señor de “no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal”, con el ayuno el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su bondad y misericordia.

La práctica del ayuno está muy presente en la primera comunidad cristiana (cfr. Hch 13,3; 14,22; 27,21; 2Co 6,5). También los Padres de la Iglesia hablan de la fuerza del ayuno, capaz de frenar el pecado, reprimir los deseos del “viejo Adán” y abrir en el corazón del creyente el camino hacia Dios. El ayuno es, además, una práctica recurrente y recomendada por los santos de todas las épocas. Escribe San Pedro Crisólogo: “El ayuno es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le súplica” (Sermo 43: PL 52, 320, 332).

En nuestros días, parece que la práctica del ayuno ha perdido un poco su valor espiritual y ha adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo. Está claro que ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una “terapia” para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios. En la Constitución apostólica Pænitemini de 1966, el Siervo de Dios Pablo VI identificaba la necesidad de colocar el ayuno en el contexto de la llamada a todo cristiano a no “vivir para sí mismo, sino para aquél que lo amó y se entregó por él y a vivir también para los hermanos” (cfr. Cap. I). La Cuaresma podría ser una buena ocasión para retomar las normas contenidas en la citada Constitución apostólica, valorizando el significado auténtico y perenne de esta antigua práctica penitencial, que puede ayudarnos a mortificar nuestro egoísmo y a abrir el corazón al amor de Dios y del prójimo, primer y sumo mandamiento de la nueva ley y compendio de todo el Evangelio (cfr. Mt 22,34-40).

La práctica fiel del ayuno contribuye, además, a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a evitar el pecado y a acrecer la intimidad con el Señor. San Agustín, que conocía bien sus propias inclinaciones negativas y las definía “retorcidísima y enredadísima complicación de nudos” (Confesiones, II, 10.18), en su tratado La utilidad del ayuno, escribía: “Yo sufro, es verdad, para que Él me perdone; yo me castigo para que Él me socorra, para que yo sea agradable a sus ojos, para gustar su dulzura” (Sermo 400, 3, 3: PL 40, 708). Privarse del alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación. Con el ayuno y la oración Le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios.

Al mismo tiempo, el ayuno nos ayuda a tomar conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos. En su Primera carta San Juan nos pone en guardia: “Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?” (3,17). Ayunar por voluntad propia nos ayuda a cultivar el estilo del Buen Samaritano, que se inclina y socorre al hermano que sufre (cfr. Enc. Deus caritas est, 15). Al escoger libremente privarnos de algo para ayudar a los demás, demostramos concretamente que el prójimo que pasa dificultades no nos es extraño. Precisamente para mantener viva esta actitud de acogida y atención hacia los hermanos, animo a las parroquias y demás comunidades a intensificar durante la Cuaresma la práctica del ayuno personal y comunitario, cuidando asimismo la escucha de la Palabra de Dios, la oración y la limosna. Este fue, desde el principio, el estilo de la comunidad cristiana, en la que se hacían colectas especiales (cfr. 2Co 8-9; Rm 15, 25-27), y se invitaba a los fieles a dar a los pobres lo que, gracias al ayuno, se había recogido (cfr. Didascalia Ap., V, 20,18). También hoy hay que redescubrir esta práctica y promoverla, especialmente durante el tiempo litúrgico cuaresmal.

Lo que he dicho muestra con gran claridad que el ayuno representa una práctica ascética importante, un arma espiritual para luchar contra cualquier posible apego desordenado a nosotros mismos. Privarnos por voluntad propia del placer del alimento y de otros bienes materiales, ayuda al discípulo de Cristo a controlar los apetitos de la naturaleza debilitada por el pecado original, cuyos efectos negativos afectan a toda la personalidad humana. Oportunamente, un antiguo himno litúrgico cuaresmal exhorta: “Utamur ergo parcius, / verbis, cibis et potibus, / somno, iocis et arctius / perstemus in custodia – Usemos de manera más sobria las palabras, los alimentos y bebidas, el sueño y los juegos, y permanezcamos vigilantes, con mayor atención”.

Queridos hermanos y hermanas, bien mirado el ayuno tiene como último fin ayudarnos a cada uno de nosotros, como escribía el Siervo de Dios el Papa Juan Pablo II, a hacer don total de uno mismo a Dios (cfr. Enc. Veritatis Splendor, 21). Por lo tanto, que en cada familia y comunidad cristiana se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo. Pienso, especialmente, en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el Sacramento de la Reconciliación y en la activa participación en la Eucaristía, sobre todo en la Santa Misa dominical. Con esta disposición interior entremos en el clima penitencial de la Cuaresma. Que nos acompañe la Beata Virgen María, Causa nostræ laetitiæ, y nos sostenga en el esfuerzo por liberar nuestro corazón de la esclavitud del pecado para que se convierta cada vez más en “tabernáculo viviente de Dios”. Con este deseo, asegurando mis oraciones para que cada creyente y cada comunidad eclesial recorra un provechoso itinerario cuaresmal, os imparto de corazón a todos la Bendición Apostólica.

Vaticano, 11 de diciembre de 2008

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